Aunque mi formación oficial es totalmente técnica (estudié Ingeniería de Telecomunicaciones), desde siempre he tenido inquietudes artísticas: de niño hice teatro pero sobre todo le he dado a la música, desde el folklore hasta el heavy metal. La fotografía apareció en mi vida de una manera muy sutil. Las fotos sólo las hacía con el móvil porque no quería complicaciones ni tecnicismos, así que me dediqué a estudiar por mi cuenta la parte de la fotografía que, en mi opinión, tienen menos de técnica y más de arte: la composición.

Empecé a publicar las fotos en mi cuenta de Instagram y vi que no se me daba mal del todo, así que un día decidí darle una oportunidad a la reflex que mi mujer tenía guardada en un armario desde hacía años.